Yo tuve durante algunos años una antena de hilo alimentada en el extremo. El hilo era bastante largo. Un extremo estaba sujeto a la copa de un árbol muy alto (con una cuerda de nylon para salvar el árbol) y el otro extremo iba conectado a un acoplador automático remoto, de manera que era un hilo largo inclinado. La longitud era aleatoria, de unos 90m en total, toda la que pude darle.
El acoplador estaba instalado a ras de suelo, y a la palomilla de toma de tierra del acoplador le conecté una pica de cobre para las chispas, clavada en un suelo bastante bueno, y también un abanico de 15 radiales enterrados bastante superficialmente que iban por debajo de mi hilo inclinado. Esos radiales tenían la misma longitud que el hilo, o quizá un poco más. Es decir, un montón de alambre enterrado.
El abanico de radiales era la contraantena, un elemento fundamental en antenas de hilo alimentadas en el extremo.
Del acoplador salía el cable coaxial de 50 ohmios y la línea de alimentación de 12v del acoplador, hasta el cuarto de la radio.
Era importante que la conexión entre el abanico y la palomilla fuese lo más corta posible, y por eso el acoplador iba a ras de tierra.
Aquella antena funcionaba bien en todas las bandas, entre 160 y 10m, aunque en las bandas bajas el QRN me volvía loco. Aún así hice con ella muchos DX buenos, incluyendo bastantes lugares del Pacífico en 160m, que es más o menos difícil.
En cuanto a la radiación del hilo, cuanto más elevada es la frecuencia más lóbulos de radiación presenta la antena. En la banda de 10m había, según un modelo que me hice, muchísimos lóbulos más o menos agudos y en la dirección que seguía el hilo. Es decir, que una antena de hilo se vuelve bastante direccional si es MUY larga con respecto a la longitud de onda en la que queremos transmitir (por lo menos dos o tres veces la longitud de onda).
El número y la complicación de los lóbulos iban disminuyendo según bajaba la frecuencia. En la banda de 160 había un único lóbulo, más bien con forma de globo un poco achatado. Ahí la antena ya no era tan direccional, ni mucho menos. De hecho era bastante omnidireccional y además radiaba gran parte de la energía hacia arriba, lo que está muy bien para calentar las nubes pero poco más. De todas maneras, al ser un globo achatado deduje que el ángulo de radiación todavía era aceptable, aunque muy grande comparado con el ángulo en la banda de 10m.
En principio, la regla es que la longitud del hilo ha de ser al menos media longitud de onda de la frecuencia más baja en la que queramos transmitir.
Como digo, el sistema era realmente muy eficaz. Lo más caro fue el acoplador remoto, desde luego, porque el resto fue hilo de cobre más o menos barato y una tirada de coaxial de unos 20m hasta el cuarto de la radio.
Para montar un hilo en ese plan hace falta un espacio muy grande del que yo disponía porque vivía más o menos en el campo. Seguramente en la mayor parte de los casos no es posible un montaje semejante (donde vivo ahora desde luego no lo es), pero de todos modos he pensado que las conclusiones a las que llegué sirven también para instalaciones más pequeñas, porque los principios físicos son los mismos.
73
Fernando
TZ6BB
(aquella antena estaba en Zimbabwe, donde tenía el indicativo Z21BB).
El acoplador estaba instalado a ras de suelo, y a la palomilla de toma de tierra del acoplador le conecté una pica de cobre para las chispas, clavada en un suelo bastante bueno, y también un abanico de 15 radiales enterrados bastante superficialmente que iban por debajo de mi hilo inclinado. Esos radiales tenían la misma longitud que el hilo, o quizá un poco más. Es decir, un montón de alambre enterrado.
El abanico de radiales era la contraantena, un elemento fundamental en antenas de hilo alimentadas en el extremo.
Del acoplador salía el cable coaxial de 50 ohmios y la línea de alimentación de 12v del acoplador, hasta el cuarto de la radio.
Era importante que la conexión entre el abanico y la palomilla fuese lo más corta posible, y por eso el acoplador iba a ras de tierra.
Aquella antena funcionaba bien en todas las bandas, entre 160 y 10m, aunque en las bandas bajas el QRN me volvía loco. Aún así hice con ella muchos DX buenos, incluyendo bastantes lugares del Pacífico en 160m, que es más o menos difícil.
En cuanto a la radiación del hilo, cuanto más elevada es la frecuencia más lóbulos de radiación presenta la antena. En la banda de 10m había, según un modelo que me hice, muchísimos lóbulos más o menos agudos y en la dirección que seguía el hilo. Es decir, que una antena de hilo se vuelve bastante direccional si es MUY larga con respecto a la longitud de onda en la que queremos transmitir (por lo menos dos o tres veces la longitud de onda).
El número y la complicación de los lóbulos iban disminuyendo según bajaba la frecuencia. En la banda de 160 había un único lóbulo, más bien con forma de globo un poco achatado. Ahí la antena ya no era tan direccional, ni mucho menos. De hecho era bastante omnidireccional y además radiaba gran parte de la energía hacia arriba, lo que está muy bien para calentar las nubes pero poco más. De todas maneras, al ser un globo achatado deduje que el ángulo de radiación todavía era aceptable, aunque muy grande comparado con el ángulo en la banda de 10m.
En principio, la regla es que la longitud del hilo ha de ser al menos media longitud de onda de la frecuencia más baja en la que queramos transmitir.
Como digo, el sistema era realmente muy eficaz. Lo más caro fue el acoplador remoto, desde luego, porque el resto fue hilo de cobre más o menos barato y una tirada de coaxial de unos 20m hasta el cuarto de la radio.
Para montar un hilo en ese plan hace falta un espacio muy grande del que yo disponía porque vivía más o menos en el campo. Seguramente en la mayor parte de los casos no es posible un montaje semejante (donde vivo ahora desde luego no lo es), pero de todos modos he pensado que las conclusiones a las que llegué sirven también para instalaciones más pequeñas, porque los principios físicos son los mismos.
73
Fernando
TZ6BB
(aquella antena estaba en Zimbabwe, donde tenía el indicativo Z21BB).